Compenetrados con el más profundo sentimiento de humanidad y de respeto, hemos venido a la Chinita, 22 años después de aquel triste 23 de enero, con el corazón compungido, a pedirles perdón con humildad por todo el dolor que hayamos podido ocasionar durante el transcurso de la guerra.
Hermanas y hermanos bojayaseños y del Atrato:
A orillas de este inmenso río que nace como de las venas de su habitantes, y frente a este pueblo precioso como olvidado, que vierte amor pese a sus penas; por su historia nacida en surcos de dolor desde sus manos mestizas, indias y negras; desde sus manos del arado, la pesca y los tambores...; por sus sueños que como pájaros mágicos anidan en los corazones sencillos de su gente, de sus labriegos, de sus pescadores, de sus bogas y cantores; con nuestras almas contritas, pedimos nos perdonen y nos den la esperanza del alivio espiritual permitiéndonos seguir junto a ustedes haciendo el camino que, reconciliados, nos conduzca hacia la era justa que tanto han anhelado los humildes de todos los rincones de Colombia.
Bojayá es un grano de semilla de la reconciliación que germinará en la paz de Colombia.
Hoy, como ayer, la Delegación de Paz de las FARC-EP no presentó documento escrito ante los medios de comunicación apostados a la entrada del PALCO, pero de nuevo hizo uso de los micrófonos para enviar su mensaje al país a través de las respuestas dadas a la prensa.
"Una cosa es un secuestro y otra muy distinta es la captura de un mercenario en área de guerra" palabras del comandante Jesús Santrich al ser consultado respecto a las declaraciones del ministro Pinzón en las que tilda a las FARC de "faltonas" por la captura del militar norteamericano.